El grito de un saxo que trastoca el pesado orden de las cosas, el aullido de una trompeta que desarticula la trama de las aparentes realidades que ponen límites a la imaginación. La rima de los sueños condenados a la extinción o el ritmo de los que, por azar o pereza, se hicieron realidad. El eco de la desesperación o el sonido del que jamás desespera. El swing de los que se empeñan en desarticular la red opresiva configurada por los hábitos y las costumbres. De nuevo el ritmo, el movimiento, el baile, los cuerpos que se pliegan, después se estiran, se curvan, avanzan, retroceden y se abisman. El sudor del clarinetista imponiendo la secuencia de la que surge la improvisada belleza, el juego que inventan una trompeta infatigable y un saxo que se derrama. El jazz y tu rostro: encrucijadas donde nuestras soledades se tocan.
Fragmentos de Juzzlio Bluestazar Tavern Club. Paco Fernández.
No hay comentarios:
Publicar un comentario